jueves, 7 de mayo de 2009

Volviendo a la Vida

Ahora que tengo una seguidora de mis lecturas, estoy estimulado a seguir escribiendo... o es eso, o es una especie de idea que quería llegar a tener de eso.

Retomemos.

Vislumbrándolo desde afuera, veo hoy en día que no muchas cosas terminan teniendo resultados separados, o significaciones y simbolismos estrambóticos. Cuando el espectro está detrás de los dedos, algo más es lo que se suscribe en cada palabra, en cada gesto, en cada beso. Y aquí, en este cuarto y último escrito autobiográfico, encuentro a mi propio espectro sentado sobre el monitor, sonriéndome con su risa seca de calavera.

Pasé por los estadios como un buen estudiante, y tuve que colapsar para darme un respiro colosal. Y cualquiera que lo viera de afuera podría comentar que habiendo tenido una semana de vacaciones, tenía el suficiente tiempo de respirar, pero no fue así. Muchísimas respiraciones en un solo lapso pueden llegar a martirzar la tráquea, y unas cuantas cosas (múltiples) que asimilar al mismo tiempo pueden con cualquier organismo vivo. We are humans, afterall.

La enfermedad comenzó a ceder después de un rato, unos días que fueron bastantes siginificativos y que estuvieron acompañados por bastantes personas que aprecio mucho. Solo me hubiese faltado un poco más de soledad para que este Retiro de seis días, mas o menos, fuera completo... pero no me quejo. Y una vez más, las otras realidades irrumpen en la primera, la presente, la usual. Y yo me siento con tantas energías, que podría salir corriendo a inundar los pulmones de aire helado y reirme con las estrellas.

Retomemos.

Una vez que alguien se levanta con energía, puede hacer lo que quiera y el mundo parece estar en la palma de su mano. Cualquiera que haya tenido al menos un amanecer con ese impulso que despierta junto a vos, agolpándose en todos los músculos del cuerpo e instándote a saltar de la cama, lo sabe. Una vez que alguien se levanta con energía luego de un período de enfermedad bastante áspero, no obstante, tiene que reconsiderar algunos aspectos. Así comenzaba a cuestionarme el día, cuando un chistido que provenía de arriba del armario me llamó la atención.
Sentada, abrigada en exceso para el día cálido que hacía, riéndose con una sonrisa que salía de su ironía natural (o sea, una expresión mucho más empática, comprensiva y buena), estaba ella. Parecía darme la bienvenida con esos ojos violáceos, como si recién ahora valiera la pena volver a recibirme. Y me daba cuenta de esto, cuando le devolví la sonrisa mientras ella se desvanecía, y encontré el porque.

Ella, mi Musa Sucúbica, a quien hacía días que no veía, era el presagio perfecto para comprender nuevamente qué etapa abordaba ese día. No había dormido mucho, pero me sentía con un ímpetu poco natural. Medité unos momentos y me volví a dormir luego de un frugal almuerzo.

Soñé (en mucho tiempo los sueños habían sido tan significativos e intensos para mí como en estas últimas dos semanas) con telones, sábanas, sedas, gasas, entrevelos... luces y sombras se mezclaban y me hacían ver por momentos algunas cosas. La tela me abrigaba y me abrazaba. Estaba persiguiendo algo. Todo era negro y blanco ahí dentro: lo único gris era yo.

Desperté para darme cuenta que se me había pasado el horario del Profesorado, y que ya tenía otra falta (que pesaba bastante ahora que había pasado una semana holgazaneando en Baires). El corazón se me estrujó brevemente de preocupación, pero luego lo dejé ir. Ese día tenía algo que precisaba abstracción, música y felicidad. Tras saltearme a mis viejos y a los engendros que habitan mi hogar, logré ponerme a mamar griego, filosofía y todo aquello... la felicidad que me colmaba me daba la razón y me hacía estar tan contento y alegre, que nada podía dejar de brillar a mis ojos.

Unos cuantos mensajes, unos vistazos a mi musa y los otros entes que rodean la casa, un ritual de agradecimiento y una canción que me dejaba un sabor seco y peligroso en los labios.

Estaba de vuelta vivo.

No tengo mejor manera de expresarlo. Podría darle muchas vueltas al asunto, pero no puedo expresarlo mejor y con una analogía tan breve y estúpida, a veces logras dar los mejores efectos a tu escritura. Y Leela (mi Musa), cambiaba y reia a mi lado, y sus labios estaban llenos de sangre mientras sus manos permanecían limpias. Y los entes que bajaron de las estrellas y cohabitan conmigo estaban energizados por mi renacer. Y la enfermedad, cuco apaciguado, me volvía a sonreír con una mueca sin dientes, como si se tratara de un viejo amigo.
"Mi papel aqui se ha cumplido", parecía decirme con esos ojos negrísimos y diminutos, "Hasta la próxima que necesites detenerlo todo".

La imágen está dedicada a esa otra persona, aquella devoradora de personas que es mi última lectora, quien también forjó gran parte de mi carácter en este último tiempo (diría unos... años?), y quien me ayudó a empujones, junto a muchos otros que también merecen reconocimiento, a volver a levantarme del ataúd. Y no puedo expresar mejor esa sensación de satisfacción, energía, sed de sangre y negativismo que se apodera de mí en estos momentos, que con una canción. Y puedo exagerar, o puedo simplemente estar estimulado por múltiples cosas. O, por supuesto, puedo seguir alardeando. Solo me encanta poder irme de aquí y tomar nuevamente los hábitos, que me aguardaban como esperando mi regreso.

Estos cuatro escritos representan mis cuatro estaciones, los cuatro elementos, el ciclo eterno que se repite y no cesa nunca. Ouroboros devorando su cola. Otro objeto volviendo a sonreír. Un niño que se parece a su abuelo. El Eterno Retorno.

Y, volviendo a tomar mi posición en este mundo, ya de vuelta, me encamino a la oscura noche a beber aire helado junto a las estrellas y la luna. Pensando en miles de cosas y sintiendo otras cuantas a la vez.


Retomemos

1 comentario:

  1. Un hilo de sangre recorría su boca, bajaba por su mentón brillando como rubí. Sangre que no era suya...
    Sus manos extrañas, perfectas, brillaban de energía consumida a seres que ya no estaban allí... y curó con ellas el daño que había hecho en los labios de aquella víctima, tan tierna y cálida... tan dulce como su sangre...


    A ver... explique por favor eso de "devoradora de personas" que me mata la intriga!!!! Pero que carajo soy para vos????

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