jueves, 30 de julio de 2009
Y no
Los Vampiros me atormentaron toda la noche.
En realidad, EL Vampiro, debería decir, porque sentí su aliento sobre la nuca todo el tiempo.
Lo pinté un poquito, y se parecía demasiado al John Constantine de Hollywood para mi gusto.
Lo borré otro poco, y se parecía un poco más a un Lord Darcia.
Lo volví a bocetear, y se pareció a un Geoffrey Rush mucho más jóven.
"Basta!" le grité en un momento de exasperación "Que no ve que esta no es su noche!? Váyase a dormir de una vez, Vampiro Insolente!"
A lo que la alimaña chupasangre y solitaria, tras un gesto amenazador, se resumió en las sombras de mi mente para dejarme sereno durante el resto de la noche.
Pero llegué a esta hora y un pensamiento aterrador me asaltó;
Para complacerlo, he bosquejado un poco el panorama de su historia, que mañana probablemente continuaré, pues...
Y qué si me lo encuentro en sueños?
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