viernes, 4 de septiembre de 2009

Cuando salta la Térmica: El Viaje Tímido del Genio



De todos los personajes evocables para semejante título, creo que el buen Doctor Frankenstein me va a ayudar a ilustrarme. Aunque el Dr. original era un tanto más trágico y menos riseuño, el personaje de Gene Wylder no puede dejar de ser evocado como el perfecto estereotipo del Científico Loco, el hombre de Ciencia que se lanza como cruzado contra los Molinos de Viento y que, mientras todos se ríen de él, descubre que de verdad eran gigantes.

Pero basta de analogías estúpidas y de preámbulos que nada tienen que ver con el contenido de la escritura. Realmente, no es que mucho no tenga que ver: si lo tiene, pero es un tanto rebuscado para introducir una lectura que puede ser tranquilamente apacible y buena.

Hoy voy a escribir respecto al Genio, aquel hombre (hablo en sentido genérico, obviamente) que deslumbra después de tiempo, usualmente luego de que transitan una vida ajetreada e insalubre por este mundo ídem, y pasan a ser los mártires del conocimiento.
En realidad, cuando fermentaba estas frases en mi cerebro durante la semana, recordaba las sentencias que he leído en tantos autores y tantos escritores durante tanto tiempo, y medio como que les tomé cierta envidia; pues donde ellos pueden sentenciar una máxima que se explica por si sola, yo, por mediocre o por no saber contenerme, tengo que vomitar un torrente de palabras para explicar el sentido de mi texto.

La sentencia, o máxima, que adornaría el fileteado de algún colectivo, sería esta: "La Genialidad no es bien recibida en Cuerpos Humanos", o "El Genio no está preparado para sobrevivir a la vida humana"

Hablo en sentido Categórico, hablo en generalizaciones, hablo con demasiado ángulo como para explicarme necesariamente. Es por esto que la máxima se me hace corta y ligera ante las explicaciones. A ver, voy a relatarles un poco cómo llegué a esta sentencia.

Hace bastante ya comencé a notar la vida trágica y torturada que llevan los individuos que podríamos llamar Genios. Ojo, Genio es una palabra reemplazable por muchas otras: me refiero principalmente a aquellos hombres que suelen ser mirados con ojos de desprecio o reprobación, pero que son quienes portan la antorcha, la chispa del cambio radical que abarcan con sus ideas. Atenti, las ideas pueden devorarte la mente como topos cavando infinitos túneles por la psique, o lombrices aireando tu masa encefálica. Otra vez me voy de tema.

En un principio, no englobaba a todos en la sola categoría de Genio. Al principio, hacía mis distinciones entre aquellos a quienes el destino parecía haberles impuesto un yugo poderoso y terrible, y aquellos que buscaban por sí solos el camino hacia la vejez solitaria y amarga. Luego descubrí la veta de la genialidad que brillaba en todos, y me decidí, a mi pesar, a darles la general categoría de Genios.

Pero, qué distingue a los Genios?

No pretendo detenerme acá a hacer aclaraciones respecto a un tema que me ocuparía muchas páginas aburridas, ni tampoco me voy a dedicar a engalanar la pasión del héroe trágico que resulta para mi el Genio; pues no siempre se cumple la sentencia del destino trágico, por un lado, y nunca ahondamos demasiado en nuestros propios destinos... cómo pretendemos analizar los de otros? Mejor que los devore el polvo del tiempo y que sus nombres se olviden. Mejor que no haya muchachos que recordar. Mejor que se escapen de los libros y de las memorias, que poco a poco se puedan ir yendo de su propio calabozo autoimpuesto.

El Genio, no obstante y curiosamente, pocas veces reconoce su Genio. El Genio es en si un hombre consumido por una meta que no puede alcanzar. Esta meta (fuera cual fuese) logra movilizar tanto su espíritu que puede llegar a tomar medidas extremas para dominarla, y si alguna vez llega a dominarla, es usualmente una instancia en la que su contexto (el universo o kosmos que lo rodea, digamos) intentará devorarlo, o borrar ese manchón horroroso que trae el cambio o el escándalo a nuestras mesas.

Pues es así, nadie es profeta en su propia tierra y, como decía Felipe en una vieja tira de Mafalda, nadie escucha a quien viene con algo progresista en la cabeza (saquemos la idea del progreso por un momento, por favor).

El Genio se ve atosigado por muchísimas cosas. Ya sea la meta misma, ya sea los obstáculos que le van (o se va) poniendo a lo largo del camino, ya sean demonios propios u ajenos, ya sean... tantos factores que pueden enumerarse (que no vale la pena enumerar), que termina teniendo una vida muy violenta y corta (o larga y amarga, por verse a si mismo derrotado), usualmente truncada por si mismo o por otros. Es triste, pero la tragedia, el martirio, y la victimización nos encanta a todos, y es por esto que mis Genios deberían llamarse Genios Trágicos o Genios Mártires, pues es en este elemento que ganan la distinción y se alzan por sobre la moemoria y las arenas del tiempo. Es precisamente el factor de victimización lo que les da la memoria global, junto con el hallazgo o el demonio que han luchado toda su vida, o la meta que han peleado por alcanzar.

Lo triste, lo verdaderamente triste de este asunto es que ellos mismos se creen derrotados, casi siempre, al fianl del camino, o tienen una visión muy pesimista de la vida que han llevado. No tengo que mencionar ejemplos, de seguro para este punto los tendrán.

Aquí vuelvo a citar a mi buen Dr. Frankenstein, si bien personaje ficticio (acaso ellos tampoco viven?), pues mi memoria evoca un texto descriptivo de aquella obra, cuando decía (creo que a manos de Ana María Shua);

"Lo verdaderamente trágico es que el relato de Frankenstein no se trata de una derrota, sino de una horrorosa y trágica victoria"





Adeu

2 comentarios:

  1. Y que somos aquellos que pisamos la tierra con tanto orgullo que nuestra pisada retumba en la ciudad; la posición en la que nos paramos encandila y confunde a los que tienen los hombros hacia adentro y la cabeza gacha?
    Qué somos aquellos que nos levantamos con una sonrisa y no necesitamos mucho más que un poco de luz y energía para terminar el día también sonriendo?
    Que pasa con nosotros que nos ponemos metas, pero que sabemos que esas metas van a virar en algún momento tan terriblemente en volcada, que no nos importa y simplemente abrimos los brazos para recibir esos sobresaltos de la vida?
    Que pasa con nosotros que nos encanta ser positivistas encubiertos en el manto del negativismo y la falta de fe en el ser humano (y sin embargo creemos que ellos pueden, que todos PUEDEN); que somos tristes almas que son más felices que aquellos que se dicen extremadamente felices; que somos tragicomicos en una obra de teatro que creamos a nuestro alrededor, simplemente para reirnos del shock que causamos en los otros; o que nos hacemos odiar simplemente para reir del mismo odio, porque nosotros no sabemos odiar?
    Que pasa con nosotros que simplemente nos gusta regalar una sonrisa, abrir nuestro pecho al amor (cuando ya no sentimos miedito, claro está), que sabemos el significado de la palabra amor y amamos sin reserva, que soñamos en voz alta y maldecimos a nadie, quizás al viejo barbudo (sea llamado destino, Dios, vaya a saber que), por el simple motivo de reirnos de nuestro propio enojo?
    AHHHH??? QUE SOMOOOOSSS??? (aparte de seres raros, claro está)

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  2. Usted, indudablemente, rara, y usted, genio. Juntos, son un genio raro

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