miércoles, 18 de marzo de 2009

Lo que No Es, o El Mundo Oculto

Acá me voy a desautorizar un poco y a contradecirme con mi anterior punto de vista criticista, aunque si leen mi anterior entrada comprenderán que solo intento compartir con ustedes parte de mi visión del mundo. Como siempre, el Mundo Comunal no acoje todos los estímulos que todos los hombres echan sobre él, así que no esperaré ser comprendido del todo. Tómenlo como de quien viene, y tómenlo con soda.

Hoy voy a escribir sobre aquello que No Es.

La expresión que busqué para hablarles de este tema es algo contradictoria en sí misma y poco explicativa, pero la tomé por nacerme al momento de escribir, y porque su sentido poético-lírico me agrada. Puede recibir tantos nombres como los hombres decidan ponerle, siempre y cuando se valoren las analogías.
Lo que No Es es todo aquello que no puede ser puesto en duda, todo aquello que siempre genera la risa del hombre Post-Modernista y todo lo que es puesto en tela de juicio por su más próxima inverosimilidad (no se si existe este término). Por más que en mi entrada anterior declaré que todos debemos dudar de todo, y que cualquier cosa puede ser puesta en duda, hablo de esta clase de cosas por ser éstas las que caen casi siempre en la duda y la jactancia lógica, casi sin exepción. Lo que No Es es todo aquel conocimiento, sentimiento o valoración que no tiene un orígen que podríamos denominar lógico, esto es, todo aquello de orígen y destino metafísico. Sin duda, y para aquellos que me conocen, tengo una creencia firme y arraigada en estos pensamientos y sentimientos ajenos del cuerpo local y referente al que todos los hombres se acogen y se abrazan. Mi vida Metafísica constituye para mi una parte tan natural como lo es comer y beber, y si lo comparo con el apetito, el mío casi nunca está sereno.

La Metafísica, el Mundo Oculto o lo que No Es propiamente dicho es todo aquel conjunto que todo hombre tiene alguna vez. Me niego a creer que algún hombre en ningún momento de su vida se vio a si mismo existiendo en ese mundo de complejas analogías que es el universo metafísico, y descreo a todo aquel que me diga que nunca sintió nada más que lo que su mente racional le dijo. Es propio del hombre, debería decir, sentir o pensar cosas que "no debe", o que no tienen origen aparente. Para sistematizar y jerarquizar aquellas cosas de las que el hombre no tiene anclaje físico, se creo el mundo Metafisico, tan viejo como el hombre mismo. Desde los inicios de la Prehistoria hasta la actualidad, siempre han existido religiosos y espiritistas, ocultistas y mediums, sacerdotes y magos transhumantes. Lo desconocido atrae y asusta, como la llama a la polilla que se acerca hasta quemarse y darse cuenta que aquella luz es tanto origen de fascinación como de peligrosidad.
Muchos Hombres funcionan a base de este Mundo Oculto. Para Muchos, su propio Mundo Individual es un Mundo Oculto, y para otros tantos, una vida en la que lo que trasciende a lo físico no existiera no sería una vida (me incluyo entre los últimos). Qué es con certeza lo que nos impulsa a este determinismo, no puedo asegurarlo, puesto que con mis veinte años de vida todavía no pude hallar una buena excusa para poder decirnos a nosotros mismos qué es lo que nos lleva a eso. Supongo que todo hombre necesita la serenidad que, a veces, solo puede dar una entidad totalmente ajena y superior, la certeza de saberse amado y querido por algo, o protegido (en el caso de los que conocen la existencia de un Dios benevolente). [Nota: puse 'conocen', porque para los que habitan el Mundo Oculto es éste un conocimiento, no una creencia. Una creencia deja todavia el lugar a la duda, el conocimiento es inalterable para el hombre, exceptuando el hombre mismo]

Muchos tambíen deciden encarnar el mal y las desgracias bajo diversos avatares, así como las fuerzas de la naturaleza. Las Grandes Religiones Politeístas de antaño tenían Dioses para todo: para los caminos, para la nieve recién caída y para la nieve derretida, para el amanecer y el anochecer, para la noche, para las diferentes fases de la luna, para el relámpago y la tormenta. Todo era digno de ser divinizado, respetado y temido. Para ellos, su Mundo Oculto era excelente en lo que se dice diversidad, pero mis estudios me llevan a pensar que era su existencia particularmente difícil de vivir, puesto que sus Dioses no representaban sino crueldad e inalterabilidad. Tal como las potestades de la naturaleza.
Los Dioses nuevos son benevolentes, y no reclaman sacrificios humanos. Las deidades y los semidioses que han sobrevivido al proceso racionalizador del Iluminismo son benevolentes, y sino corresponden a sus adoradores es por un incumplimiento, y nada más.

Es un hecho cierto que la Fe mueve montañas: es éste uno de los principios básicos de mi concepción del mundo (léase la entrada anterior; un Hombre lo suficientemente determinado es capaz de cualquier cosa). Es, también, una certeza a mi manera de ver que los Dioses encarnan muchas de las cosas deseadas, o sentimientos que necesitamos en nuestra vida y nos damos a través de ellos, sino por nosotros mismos. Pero creo que éste es solo el proceso inicial a la hora del Mundo Metafísico; el de la creación de los Dioses.

El Hombre está abandonado en un planeta girando en la inmensidad del espacio, solo, desolado y falto de afecto. Crea para esto un Dios que lo acuna, que lo ama, que lo protege. Pero es entonces cuando el Dios comienza a existir en sí mismo, y es el primer hombre que creó a Dios el único que no se verá iluminado en su totalidad por Dios. Son sus descendientes, para los que la concepción de un Dios será tan natural como respirar, los que tendrán la inmensidad de la luz del Dios, puesto que no conocieron el mundo de su precursor, aquel mundo deshabitado y árido. El creador del Dios muere, y con él, muere la concepción del Mundo Deshabitado y árido.

Si los Hombres son capaces de crear entidades tan poderosas, entonces, porque no son ellos mismos los que toman las riendas de la Realidad? Aquí está el problema que es respuesta y problema en sí mismo. El Hombre se ve, usualmente, a si mismo como una cosa imperfecta, una creación, algo inútil y perfeccionable. Si no fuera así, las mayorías de los Credos que rondan el mundo no abogarían a favor de la evolución, el cambio para mejor y lo demás. Como el Hombre es una cosa que, de ser puesta bajo el mando de la Realidad, solo haría errores, se crean a los Dioses, que son idealizados hasta la exageración en una perfección y complejidad que jamás ningún hombre alcanzará mientras ellos (los Dioses) vivan. Y, para qué perfeccionarnos si los Dioses son los responsables de todo? Es más fácil echarle la culpa a esas entidades supra-terrestres que asumir la verdad. Es mucho más sencillo adjudicarle toda buena acción o "buen favor del destino" (la mal llamada suerte) a los Dioses, que al hombre mismo: cómo va a ser el Hombre, criatura deleznable, la causa de lo bueno?
Si se considera que el Hombre tiene que ocupar el lugar de Dios, en la gran mayoría de los credos, es considerado Herejía. Vemos el mejor de estos casos en Lucifer, que no era hombre sino Angel (supuestamente, la otra posibilidad para los Hijos de Dios), y que intentó vivir por sobre su Dios. Los Hombres lo condenaron a vagar como un demonio y un ser estupidizado, degradado por todos los medios posibles, y lo hicieron la encarnación del mal en sí mismo. Lucifer, que era el mejor y el Hijo más Amado de Dios, no puede haber sido el único que consideró que podía existir sin tener que someterse al yugo de su padre?

Pero no nos vayamos de tema. Los Dioses, en este Mundo Oculto que cualquier hombre puede tener, son reales. Nada puede separar a un hombre que vive en el Mundo Oculto de sus Dioses, sus potestades y sus rituales. Lo digo por experiencia propia, y puedo comprender (o creo poder) la gran mayoría de los hombres que adjudican valores importantes a entidades superiores (o inferiores). Me encanta creer en la existencia de muchísimas cosas que, para otros, son pura superchería; me encanta tener una vida espiritualmente acitva y me fascina informarme y conocer acerca de otros Mundos Ocultos, otras concepciones de la misma cosa: la entidad metafísica en sí.
Ojo, no estoy diciendo que todas las cosas que nos responden desde el 'otro lado' sean nuestra creación. Así como en mi entrad anterior aseguré que los muchos Mundos Individuales se superponían y coexistían en una Realidad que era la Caverna sumida en la Oscuridad, en este Mundo Oculto también existe una Realidad de la cual arraigarse. Creo correcto decir que, incluyendo el Mundo Oculto en la metáfora de las Luces Diferentes, la Realidad del Mundo Oculto correspondería al techo. Muchos hombres con luces diferentes pueden mirar hacia arriba y ver muy poco; algunos ven una protuberancia rocosa colosal, y muchos pueden afirmar eso ya que su tamaño no deja lugar a dudas: de ahí el orígen de los credos masivos. Los que ven la Roca y no le prestan demasiada atención, o hacen su análisis basándose en el racionalismo, son los agnósticos para los cuales el Mundo Oculto está apenas abierto, o a una distancia considerable.

Que es la Realidad en el Mundo Oculto? Creo que no puedo afirmarlo con seguridad. Creo y conozco que hay cosas en ese mundo que trasciende nuestros cinco sentidos mucho más antiguas y eternas que el hombre mismo. Sé que pueden ser entidades o pueden ser simples creencias sueltas, sé que pueden no revelársenos nunca. Pero, una vez más, y ateniéndome a mis propios principios (como todo hombre, creería), ésta es solo mi concepción del Mi Mundo Oculto desde los ojos de mi Mundo Individual. Si, la Realidad que vemos es siempre una fracción muy ínfima de lo que de verdad es.

Para finalizar, diría que la Realidad del Mundo Oculto es como esa tempestad de ideas que describía Saussiere a la hora en que un niño forma su lenguaje: esa andrómeda de ideas sin forma, de las cuales el niño va sacando pedazos para sistematizarlos con su significado y significantes a lo largo del tiempo, en su lenguaje.
Y, así como el niño sistematiza el lenguaje y forja esa nube de miasma en palabras, el Hombre puede tomar de la misma masa trozos para forjar a sus Dioses y sus entidades metafísicas, así como también puede dejar esa nebulosa eterna sin forma o puede no verla en lo absoluto.

Creen ustedes en algo que trascienda la concepción clásica y simple de la existencia humana? Los invito a contármelo. Me encanta oír nuevas concepciones de viejos aspectos, o viejas concepciones de nuevos aspectos.

Un saludo, y espero no haberlos aburrido

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